Las tapas son una de las costumbres gastronómicas más populares de nuestro país. Quedar para «tapear» es un término muy frecuente en la actualidad. Pero, ¿cuál es el origen de las tapas?
Para encontrar las primeras referencias sobre las tapas, debemos remontarnos al siglo XIII, época del reinado de Alfonso X el Sabio. Cuando cayó enfermo el rey, debía tomar pequeñas cantidades de vino y para evitar posibles efectos del alcohol, lo acompañaba con pequeñas cantidades de comida.
No sería hasta la época de la Guerra Civil Española cuando encontrásemos la tapa tal y como la conocemos hoy en día. Y es que debido a la escasez de alimentos, los ciudadanos recurrían a las pequeñas porciones de comida para matar el hambre.
A medida que fueron pasando los años y proliferando los bares, éstos impulsaron las tapas con el objetivo de fidelizar al cliente.
Poco a poco, el mundo del «tapeo» ha ido evolucionando hasta dar origen a grandes obras culinarias que han originado el término de gastronomía en minitura.
De las tradicionales aceitunas, patatas fritas o las anchoas se ha evolucinado hasta dar lugar a pequeñas obras de arte en la cocina, como por ejemplo Ravioli de Calabacín relleno de Carne con Queso de Cabra y Salsa de Paté, Brownie de Morcilla con Queso de Cabra o Tosta de Mousse de Bonito y Langostinos Fritos, como tenemos en Casa Alberto.
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